La asertividad representa la habilidad para expresar nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y decisiones a los demás de forma apropiada, sin violentarnos ni violentar a los demás, de una forma firme y con respeto.
Esta habilidad es el punto intermedio entre los dos extremos que son la pasividad, nos callamos, aguantamos lo que nos venga, y la agresividad, estallamos y decimos las cosas con una belicosidad y una ira desproporcionada, perdemos el control, muchas veces por haber estado callando y evitando enfrentamientos, porque no encontramos la manera o el momento adecuado de decirlas nos vamos cargando emocionalmente.
Aprender técnicas de comunicación asertiva es fundamental para conseguir tus metas y objetivos y para sentirte bien contigo mismo y con los demás y sentir que te sabes autocontrolar en situaciones de conflicto de intereses u opiniones, y por ello defender tu postura adecuadamente.
Para no ser víctimas de nuestras emociones podemos aplicar unas sencillas reglas:
- Reemplazar los pensamientos negativos que te surgen cuando haces valer tus derechos.
- Tener claro que la gente no puede leer tu mente, no utilices el argumento de que ya saben lo que quieres para no decirlo.
- Reafirma tus ideas, opiniones y derechos en primera persona.
- Recuerda tu objetivo pase lo que pase.
- Aprende a decir no sin sentirte culpable.
- Escucha a los demás en actitud abierta y activa, y no sólo pienses en lo que tú quieres decir.
Cuando comunicamos a otra persona nuestra opinión debemos intentar estar relajados para que nuestro lenguaje corporal trasmita la seguridad y firmeza tanto a los demás como a nosotros mismos, logrando mejor autocontrol, consiguiendo con ello fortalecer nuestra autoestima y seguridad al tener mayor confianza en aquello que expresamos.