Cuando voy a la sección de libros de Autoayuda en las librerías, lo que más me llama la atención es la cantidad de estos libros que están dedicados a la búsqueda de la felicidad permanente, a las sensaciones, sentimientos, pensamientos etc. positivos; muchas personas compran esos libros, personas necesitadas de encontrar la felicidad en sus vidas, de huir de problemas y sensaciones negativas, todos en cierta manera queremos eso, luchamos por ser felices y si tenemos algún pensamiento negativo intentamos evitarlo.
Pero ser feliz no quiere decir que siempre estemos alegres y experimentemos placer continuamente, no siempre es posible mantener una sonrisa en nuestra cara todo el tiempo. Los sucesos tristes suceden, llorar nuestras pérdidas es humano y en la vida nos encontramos con contrariedades y problemas a diario.
Es más realista y saludable la diversidad emocional. Así como en la naturaleza para mantener un ecosistema saludable se necesita la biodiversidad, en investigaciones recientes sobre la salud mental y física de los humanos se ha visto que es necesario experimentar diferentes emociones: emodiversidad, una mezcla de emociones positivas y negativas. En un estudio que duró 10 años la salud física y mental correlacionaba con tener emociones mixtas.
También hay diferentes tipos de emociones positivas, hay muchos tipos de felicidad, y experimentar una variedad de ellas es muy beneficioso para nuestra salud. En un estudio del Dr Anthony Ong, se encontró niveles más bajos de inflamación en las personas que experimentaban en abundancia esa variedad de emociones positivas en su vida diaria.
Una manera simple enriquecer nuestra vida con esas emociones es notar cuando estamos experimentando una emoción positiva y etiquetarla, para hacernos conscientes primero de que lo estamos sintiendo y segundo de la diversidad de emociones positivas que experimentamos a lo largo del día.
Según la Dra. Bárbara Frederickson, profesora de Psicología en la Universidad de Carolina del Norte, tener una relación de 3:1, de tres emociones positivas por una negativa es la clave para tener una vida más saludable.
No nos vamos a pasar el día contando nuestras emociones y catalogándolas, pero si tenemos que darnos cuenta que el 100% de la positividad, la felicidad total, no es algo a lo que debamos aspirar, de esta manera no nos sentiremos frustrados e insatisfechos continuamente. Es importante encontrar el bienestar general, con un propósito en nuestra vida que elegiremos nosotros, haciendo el esfuerzo consciente para conseguirlo, no dejándonos llevar por el piloto automático.
Cuando alejamos sentimientos o emociones negativas y pretendemos que no existen, es muy posible que aparezcan más tarde en un momento inapropiado. El ser humano está hecho para sentir diferentes emociones, lo importante es aprender a identificarlas en el momento, comprender su importancia y función en nuestra vida, enfrentarse a ellas, tomando distancia suficiente para ver que son sólo pensamientos, emociones que nos pueden motivar para cambiar sean positivas o negativas. Sentirse infeliz no es un fracaso, es normal en determinadas circunstancias, lo que hay que evitar es la apatía para salir de ese sentimiento, para no ponerse en movimiento.
Estar siempre buscando sentirse 100% feliz es agotador y humanamente imposible conseguirlo, además, como demuestran las investigaciones, tampoco sería saludable.
Soledad Roustan Gullón
Psicóloga colegiada M-20027
PSICOACTIVE