Al igual que aceptamos socialmente la risa como expresión de los sentimientos de alegría o nerviosismo y valoramos las sensaciones de bienestar posterior, hemos de aprender a aceptar el llanto, que es otra manifestación más de nuestras emociones.
“llorar no nos hace más débiles”, sino que por el contrario, llorar nos fortalece al ayudarnos a sacar fuera las emociones negativas que sentimos y devolvernos la calma. También es un medio de comunicación.