La expresión emocional es fundamental para el procesamiento de las experiencias, y para nuestro bienestar. Especialmente entendido en el contexto de las emociones «negativas», no expresar nuestras emociones, contenerlas, supone no dejar fluir aquello que nos incomoda, nos genera dolor. Contenemos y almacenamos pudiendo enfermar tanto física como psicológicamente.