Cuando tenemos una herida nos suelen recomendar que la tengamos al aire, sí es posible, para que cicatrice mejor, para que respire y se airee. Pues algo así es bueno hacer con las heridas emocionales, sin recrearse en el dolor, es conveniente hablar y expresar lo que sentimos, buscando otra perspectiva, y que salgan los sentimientos y emociones acumulados, para poder limpiar la herida y reconstruirnos.
En muchos casos, para clarificar y ordenar nuestras ideas, es bueno abrirnos a un/a terapeuta objetiva y conocedora de los procesos mentales, que nos puede ayudar a aprender a comunicar a personas cercanas lo que sentimos de una manera clara y asertiva, con confianza en nosotros mismos.
Simplemente con la elaboración que hay que hacer para exponer como nos sentimos ya avanzamos en el proceso de curación de las heridas, al abrirnos y organizar lo que queremos decir alto y claro.
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